yo quisiera que fueras la campana
de la torre más alta de mi pueblo
yo quisiera que fueras mi campana
la que llore por mi después de muerto

Evangelina Sobredo Galanes
Cecilia
Canción inédita
Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario