Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.

11/14/2006

Las ciudades

Te quise amar y tu amor
no era fuego no era lumbre
las distancias apartan las ciudades
las ciudades destruyen las costumbres.
Te dije adiós y pediste que nunca
que nunca te olvidara
te dije adios y senti de tu amor
otra vez la puerta extraña.
Y mi alma completa
se me cubrió de hielo
y mi cuerpo entero
se llenó de frío
y estuve apunto de cambiar tu mundo
de cambiar tu mundo por el mundo mío.

José Alfredo Jiménez

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"Todo misterio resulta al fin una trampa. El rastro de Miguel Fernández, su espejismo, conducen a la nada. Inventarlo fue mi error. Conocerle, mi tragedia.”