Marina Rossell
Queda't de mi alguna cosa
Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.
3 comentarios:
Lo que se huele y lo que se ve, a veces puede resultar una armonia... y las canciones pueden dejar olor y algún paisaje.
Saludos
¡Qué bonito y si lo ha dicho Marina aún más!
Pasaba por aquí para ver que había de nuevo.
De paso le saludo.
Federico, el ciber-lector,(que voy a tener que dejar de ser ciber, por falta de tiempo)
Pásaba por aquí a ver que había de nuevo y me encuentro esto tan bonito que canta Marina.
Saludos,
Marisiña
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