
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.
Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
“mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón”.
Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales.
Recuerdo infantil
Antonio Machado
Soledades (1899-1907)
(Y los libros olían a nuevo. También a carne de membrillo para merendar. Otra vez el patio. El maestro de 4-A que terminó la guerra de alférez. Y otros dos, recién llegados, que a escondidas de los curas susurraban nociones elementales de sexualidad como aconsejaba la nueva pedagogía. Un cura rojo confesaba en el recreo. Ego te absolvo. Los viernes, a la una, misa. Por la mañana, los sábados, cine. En mayo, novena. Potro, plinto, raíz cuadrada de, río Duero, río Duero; incluso si hay que darle una bofetada, se le da que más vale un castigo a tiempo que llorar; caligrafía Rubio, nueva ortografía escolar; ai am piter; la vida sale al encuentro; gol; matute y hoyo; setiembre. Lo demolieron todo para hacer pisos muy céntricos, lujosos, hasta con piscina....)
1 comentario:
Si, pero tampoco nos quitarán (en el recuerdo, claro), el hoyo de pan con aceite y la onza de chocolate "La Campana" del Elgorriaga, los cromos de las niñas, el Capitán Trueno, ah y la colección de "Azucena" de mis hermanas, y que los niños leíamos a escondidas, para que no nos llamaran sarasas o maricas, al emocionarnos con las hadas y los principes, las sirenas y los pescadores. Y otro de José Luís Martín Vigil "Los curas comunistas" (una odisea leerle). Y el catón, la historia sagrada, las monjas y los uniformes de mis hermanas, la comba en la plaza, las bolas de barro y que se partian cuando el choque era más fuerte de lo normal (entonces todavía no existían las canicas de cristal). La bofetada de D. José M. Aquella berruga llena de pelos largos de la madre Luisa, uffffffffff, cuantas cosas. No se si era mejor esa época, pero si creo que había más valores, educación y respeto. Por otra lado, además son nuestros recuerdos,los mios en particular son muy entrañables y ... bueno, mejor lo dejo.
El ciber-lector.
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