Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.

3/12/2007

Somos felices.Banderas

Somos felices aunque siempre que vienen tienen algo que reprocharnos: que a cuento de qué mantenemos cerrado un piso tan grande en la capital, que al instalarnos en la costa nos hemos desentendido de los nietos, que deberíamos comer menos, andar más, gastar poco. Les molesta, incluso, que ahora viajemos con frecuencia. No, no descolgarán el teléfono para saber si hemos llegado bien. Como si no existiéramos. Y descarto la excusa de que cada cual tiene sus propias preocupaciones. Ahí está el pequeño, que gana un dineral, soltero, joven, guapo... ¿No podría atender más a sus padres? Ayer se presentó sin avisar, con la cara arrugada, nos dio un beso y se tumbó en el sofá. Para romper el hielo, su padre empezó a contar lo cómodo que resultó el viaje en tren, lo bien organizada que estuvo la manifestación pero él zanjó las explicaciones: “Ya... Creí veros en el reportaje que dieron en Telenueve.” Le dije que no, que no pasamos cerca de ningún reportero, que Telenueve y todos los periodistas mintieron, que los del gobierno tendrán que mover ficha porque ahora... Tampoco me dejó terminar. Se levantó y, como uno de esos izquierdistas en sus mítines, apoyó las manos sobre la mesa y agachó un poco la cabeza. “En fin, no tengo mucho tiempo. He venido a anunciaros que me caso... con el hombre que vivo desde hace años. Me gustaría que nos acompañarais aunque respetaré otras decisiones”. “¿Y no estáis bien como hasta ahora?”, quise preguntar pero se fue con la misma arrogancia que llegó. Sobre la mesa quedaron los recortes del periódico, los pasquines, las pegatinas. Estuvimos un buen rato callados. Luego fuimos a pasar la tarde a la sede del partido. Se está preparando en Logroño una manifestación para protestar este sábado por algo gordo. Por supuesto, iremos.




3 comentarios:

Francisco Ortiz dijo...

Qué bueno: cómo admiro a los que tenéis ese don de la sátira.

Ramiro Semper dijo...

A lo mejor los que se manifiestan no son tan felices y por eso se manifiestan. Ya sé que es difícil que haya alguien que no sea feliz en la nación de naciones antes llamada España ahora que hasta la ETA se ha vuelto buena, pero es que hay gente para todo.
Un saludo desde la discrepancia.

http://blog.iespana.es/jlanto

Anónimo dijo...

¡Po zi, iremos aunque no sepamos a que!

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"Todo misterio resulta al fin una trampa. El rastro de Miguel Fernández, su espejismo, conducen a la nada. Inventarlo fue mi error. Conocerle, mi tragedia.”