Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.

12/21/2006

El poema recuperado

Desde el empotro

Tengo un vaso en la mano que te llama
y un poema en los labios que decirte.
Desde el empotro, quiero repetirte
que solo permanece lo que se ama:
esta vieja amista que nos inflama
llamando al corazón para sentirte.
Volver un año más para pedirte
el brindis que la vida nos reclama.
Es el amor, que dulcemente llega...
Por éso, en el umbral del vino nuevo,
tiendo mi mano abierta a quien me niega
y pago al que ofrendí lo que le debo.
Desde la soledad de mi bodega,
por tí levanto el vaso -amigo- y BEBO.

Francisco Creis Córdoba


Anabel, tan atenta siempre, puso orden en las cosas y en la memoria. Gracias

1 comentario:

Fedush dijo...

Muy buen poema Miguel. En homenaje al nombre de tu blog, hace unos meses publiqué esto. Espero que te guste: http://fedush.blogspot.com/2006/11/admirar-oscar-wilde.html. Bueno, que disfrutes de las fiestas y muchas felicidades.

Principal acusado

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"Todo misterio resulta al fin una trampa. El rastro de Miguel Fernández, su espejismo, conducen a la nada. Inventarlo fue mi error. Conocerle, mi tragedia.”