Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.

9/02/2006

Volver/Y todo corre hacia la nada

La existencia, ¿qué es sino un juego de nubes? Diríase que las nubes son "ideas que el viento ha condensado"; ellas se nos representan como un "traslado del insondable porvenir". "Vivir—escribe el poeta—es ver pasar." Sí; vivir es ver pasar: ver pasar, allá en lo alto, las nubes. Mejor diríamos: vivir es ver volver. Es ver volver todo en un retorno perdurable, eterno; ver volver todo—angustia, alegrías, esperanzas—, como esas nubes que son siempre distintas y siempre las mismas, como esas nubes fugaces e inmutables.
Las nubes son la imagen del Tiempo. ¿Habrá sensación más trágica que aquella de quien sienta el Tiempo, la de quien vea ya en el presente el pasado y en el pasado lo por venir?


Azorín. Castilla
1912





Vivir es ver volver. Vuelve la vida
una vez que se cumple en cada cual
igual que se devana una madeja
y vuelve a enamorarse de su enredo.
Una mano que roza un picaporte
para abrir una puerta y entre tanto
de una estancia a otra estancia
dentro o fuera
se desliza una lengua de historia por el breve
resquicio. Así lo vemos.
El anciano señor contempla el cuadro
que retrata a la esposa ya difunta
y entre sus ojos y aquel lienzo pasan
años de neblinosa compañía.
Un instante. Una chispa. Y todo corre
hacia la nada.


Leopoldo de Luis
La historia en Azorín

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"Todo misterio resulta al fin una trampa. El rastro de Miguel Fernández, su espejismo, conducen a la nada. Inventarlo fue mi error. Conocerle, mi tragedia.”