Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.

10/05/2007

Andrés Rivera (palabras)


“...Tras la caída del Muro de Berlín, esa izquierda que se asumía como revolucionaria ha desaparecido de la contienda política. Las consignas de la lucha de clases han sido reemplazadas por las de la lucha contra la corrupción. ¿Qué dejó de valer la pena? ¿Cambiar el mundo? No. Yo creo que sigue siendo una propuesta. Porque si no el mundo no se va a suicidar, pero la vida se va a convertir en algo más atroz que lo que es ahora. (...) ¿A qué le tengo miedo? Es una buena pregunta. A ciertas horas del día. Despierto temprano; hoy, por ejemplo, a las seis de la mañana. Duermo bien. Pero entre las cinco y las siete y media de la tarde es como un largo momento de desolación. Ahí aparecen todos los fantasmas. Hasta que me voy a dormir. Se diluye, me entretengo con algunas lecturas, unas buenas y otras no. Hago mis compras. Camino por las calles. Nada ha cambiado. No hago balances pero sí, tengo la certidumbre, que se acerca en esas horas, cuando el día finaliza, de que estoy cerca del final. Y, por favor, que se entienda bien esto que digo: no tiene, o yo pretendo que no tenga, ninguna carga de patetismo. Es una certidumbre.”
El profundo sur
Veintisieteletras, Madrid 2007

1 comentario:

la luz tenue dijo...

El profundo Sur, de Andrés Rivera, en la nueva editorial Veintisiete Letras, es de lo mejorcito que he leído en los últimos tiempos.
Leyendo libros como éste me pregunto cuántos estarán, como él, escondidos, esperando que yo los descubra y lea mientras no soy capaz de acabarme la mayoría de los que las grandes editoriales ponen en mis manos.
Por eso agradezco la labor de editoriales como Veintisiete Letras.

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"Todo misterio resulta al fin una trampa. El rastro de Miguel Fernández, su espejismo, conducen a la nada. Inventarlo fue mi error. Conocerle, mi tragedia.”