
"En una ocasión pregunté a una vieja dama japonesa: ¿Qué sería lo primero que habría que pedir a Dios? Inteligencia, respondió."
Escuchado en "Alexandra", de Alexander Sokurov
Y cuando el dinosaurio despertó, Carver bebía, el oro de los tigres deslumbraba a Borges, Millás atendía el teléfono. Macondo entonces fue un sueño, una plegaria de Capote perdida en la lejanía de Bowles. El hombre ya no estaba allí. Solo encontraron un relato. Apenas un destello de vida.